Weber, «Der Wandeber»

Francisco Sguera

Weber, «Der Wandeber»

Pocos músicos encarnan como Carl Maria von Weber la figura romántica del Wanderer (viajero): en su breve vida —menos de cuarenta años— supo transformar la existencia del artesano musical de estampa barroca en la del hombre y artista romántico. Vivió entre dos siglos también musicalmente «el uno armado contra el otro». Nacido el 18 de noviembre de 1786, pertenecía a una familia que transmitió a varias generaciones el oficio de músico según la tradición barroca que imponía a los hijos seguir las huellas de los padres , fueran abogados, músicos o médicos. (En el dominio de la música aparecen los característicos ejemplos de familias Bach, Scarlatti y Couperin).

Aunque su abuelo Fridolin Weber había obtenido el título nobiliario de freiherr (barón) con derecho a la partícula von, Carl Maria hereda de la familia la clara predisposición a las dificultades económicas.  Ya desde niño, deambula por Alemania en la compañía teatral formada por su padre, Franz Anton quien, apremiado por necesidades económicas, (su esposa, Genoveva von Brenner, dos hijas, un hijo y el pequeño Carl Maria).

el ambiente es ideal para un niño notablemente dorado para la música: después de iniciar los estudios con su padre, siente la necesidad de nuevos maestros y así estudia piano en meiningen con Johann Peter heuschkel; luego en Salzburgo recibe lecciones de Michael Haydn (hermano del célebre franz Joseph) bajo cuya guía compone las Seis pequeñas Fugas op. 1 par apuano (1798). Luego de su estancia en Viena, Weber se estableció en Munich donde estudió canto con J.E. Wallishauser (cantante conocido como Valesi) y se perfeccionó en piano y composición con J.N. Kalcher.

En 1803 regresa a Viena donde su formación musical toma un rumbo decisivo en la escuela del Abad Vogler, singular espíritu de músico, impregnado de gérmenes románticos, que transmite al alumno la facultad de hallar nuevas soluciones en la armonía y el color orquestal.

Weber, que durante los cinco años precedentes había compuesto tres obras teatrales (entre ellas el «Singspiel» Peter Schmoll), presentó varias piezas al hombre capaz de desarrollar su sensibilidad romántica, de hacerle apreciar —y expresar en música— las bellezas de la naturaleza y la poesía.

en 1804 Weber, de apenas dieciocho años, obtiene merced al apoyo del maestro, el nombramiento de director de orquesta en el Teatro de Breslau, la actual Wroclaw, ocasión única para un joven destinado a expresar lo mejor de su arte en el dominio de la Opera.

Vuelve entonces a su vida de viajero dando comienzo a una gira en la que se presenta como pianista virtuoso e improvisador de rica fantasía. Son años en los que su producción se acrecienta con notables páginas pianísticas (entre ellas la Gran Sonata op. 24) y Lieder de inspiración patriótica que reflejan su encendido fervor por la causa anti napoleónica (en la Cantata Kampf und Sieg celebra la derrota de Waterloo).

En 1813 es designado director del Teatro de Praga y durante años demuestra óptima capacidad de organizador y director de orquesta. Después de haber aspirado a la dirección de la Ópera de Berlín, a fines de 1816 Weber asume el cargo de segundo Kapellmeister del Teatro de la Ópera de Dresde; este cargo lo coloca, al principio, en inferioridad de condiciones con respecto a Francesco Morlacchi que dirige la temporada dedicada a la Ópera italiana pero lo acepta porque intuye las posibilidades que Dresde le ofrece para realizar su misión de operista alemán según los dictámenes morales y sociales recibidos de Vogler.