El estudio severo ha cincelado de manera incomparable su técnica; su estilo – lectura atentisima de la música, excepcional potencia de sonido al servicio de una concepción rítmica extremadamente vigorosa despierta el mayor entusiasmo. Las ejecuciones de Rachmaninov son esculturas, se decía, y esta imagen es la más feliz para expresar la más clara evidencia y la precisión del toque del pianista ruso que pone en esta prueba toda su voluntad de dominio que había caracterizado su precedente experiencia como director de orquesta. Nuestra época — ha escrito Marietta Shahinian, escritora rusa, amiga del músico — no ha conocido un virtuoso más brillante y vigoroso en el arte de la interpretación.» La carrera del virtuoso es para Rachmaninov tan estrepitosa que la composición permanece casi completamente relegada. Sin embargo en 1927 logra completar su Cuarto Concierto para piano y orquesta ya iniciado en Rusia en la época de la revolución y su primera ejecución tiene lugar en Berlín en 1931 bajo la brillante dirección de Bruno Walter
Ciertos acrobáticos aspectos pianísticos despiertan el entusiasmo del público; sin embargo se comprueba a veces la escasa inspiración musical del compositor que se entrega ya sobre todo a la realización de paráfrasis y transcripciones en las que predomina el más espectacular pianismo. Nacen así la Rapsodia sobre un tema de Paganini (1934) para piano y orquesta, las Variaciones sobre un tema de Corelli (1932) para piano y algunas transcripciones de páginas famosas de Mendelssohn, de Kreisler, Bizet, Schubert, Mussorgsky y Bach.
Las Variaciones paganianas se cuentan entre las más logradas composiciones de Rachmaninov, de corte tan decididamente virtuosista que sólo los más grandes pianistas osan afrontar. Esta página, con la aprobación del autor, fue utilizada en 1939 por el coreógrafo Michel Fokine para uno de sus ballets de más éxito, basado en la leyenda del violinista genovés que entrega su alma al diablo.
La intensa actividad del virtuoso resulta para Rachmaninov cada vez más agobiante sobre todo porque el físico del artista nunca fue particularmente fuerte. Cuando se es joven y vigoroso solía afirmar con amargura se espera el trabajo que tarda en venir, cuando se es anciano entonces el trabajo es tanto que ya no se sabe cómo hacer. Sobre el texto de los programas de sus conciertos y la elección de los autores, el propio Rachmaninov ha escrito: *Tengo programas muy amplios y variados. Generalmente ejecutó páginas célebres de Bach, Beethoven, Chopin. No interpretó obras de los compositores modernos
Parafraseando lo que ha escrito Victor Seroff se puede afirmar que no se acudía a escuchar a Chopin y Beethoven interpretados por Rachmaninov, sino a Rachmaninov que tocaba Chopin y Beethoven
La carrera de Rachmaninov prosigue con grandes éxitos aunque su salud y sus fuerzas comiencen a declinar. Este hombre que ha superado apenas los sesenta años y demuestra diez o quince más, insatisfecho y entristecido, parece no conocer las dudas o incertidumbres que tantas ha sentido en su vida cuando se sienta al piano. Durante la temporada 1942-1943 se presenta aún y muchas veces ante el público americano a cosechar los últimos triunfos; el 2 de febrero de 1943 adopta la ciudadanía de los Estados Unidos. El 28 de marzo, cuatro días antes de cumplir sus setenta años, muere en California en su residencia veraniega de Beverly Hills.


