“Porgy and Bess”, 2da Parte

Francisco Sguera

“Porgy and Bess”, 2da Parte

Porgy and Bess es una historia muy simple e ingenua que llega, debido a su misma simplicidad e ingenuidad, a los sinceros límites de la poesía. Sus personajes negros se mueven sobre el fondo azul del gran océano, entre los muros ruinosos de la vieja casa senorial trasformada ahora por el tiempo y las vicisitudes en sórdido albergue de mendigos, de pescadores, de pobrísimos estibadores bajo el peso de una condición humana que parece involucrar en aquel destino inevitable de tragedia, la memoria perdida e inalcanzable de una raza y de una civilización. Entre aquellas nobles columnas, testigos de un lejano «gallant South»* de antigua riqueza y de destruidas enseñas azules, los gestos y las palabras de los hombres y las mujeres de Catfish Row (la furia bestial y homicida de Crown, la conciencia de Porgy de una perdida edad de oro, la ingenua sensualidad de Bess, la viciosa malicia de Sportin’ Life) devuelven de pronto a la realidad contingente los signos violentos de una crónica muy cercana y de una historia remota: el éxodo obligado de la patria africana, la miseria y la injusticia entre las grandes plantaciones la fatiga en los muelles asoleados, colmados de algodón y de tabaco, el vicio y el embrutecimiento de las hosterías y la violencia y la desolada soledad en el asfalto de las grandes ciudades.

En el patio colonial de Catfish Row, hombres y mujeres de piel negra recitan con las palabras más simples y los gestos más naturales una comedia tonta y banal, surcada hasta lo inverosímil de lugares comunes y de soluciones previsibles que, de pronto, precipita en la tragedia y se eleva hasta la poesía. Y entonces Robbins, Bess así como Serena, Porgy, Crown, Sporting Life y todos los demás, los pescadores, los mendigos, las prostitutas y los estibadores de Catfish Row son aquí los símbolos concretos del destino imposible de una raza. la representación irreal de los vicios, de la virtud, de la miseria, de la nobleza, del coraje y de las ruindades de un pueblo entero.

Muchos me preguntan que escribió un día George Gershwin- qué quise expresar con Porgy and Bess. Puedo decir tan sólo que Porgy and Bess aspira a ser ante todo una Ópera popular Protagonistas populares, situaciones populares, ambiente popular, música popular. Y destinada naturalmente a gustar al pueblo Al escribir Porgy and Bess he tratado con todo esfuerzo de repetir las formas más típicas del estilo popular, negro sobre todo, pero he rechazado siempre el camino demasiado cómodo de la adaptación o de la cita. En «Porgy and Bess» no hay temas tomados del folklore o apenas disfrazados. Yo he escrito mis Blues, mis Spirituals, mis Songs Abrigo la ilusión de que esta música, a pesar de su origen, siga siendo música popular y asimismo espero que el material popular no alcance a superar la forma tradicional de la Ópera Si lo que creo es verdad, Porgy and Bess es verdaderamente una Ópera popular.

Aparentemente la estructura formal de esta «Folk-opera»la división en tres actos, el equilibrio de la acción dramática, los recitativos y las arias, los dúos y los coros responde aún a los modelos tradicionales de la Opera. En realidad el parentesco de Porgy and Bess con los ejemplos ilustres del siglo XIX melodramático es tan sólo superficial, casi ocasional. La obra maestra de Gershwin desciende, en efecto, en línea directa de la gran y feliz experiencia del «musical show americano, esta suerte de Opereta — revista — comedia musical — variedad que aproximadamente en un siglo ha sabido brindar una serie notable de pequeñas joyas, hasta los grandes éxitos de Showboat y, de Roberta, de No, no, Nanette y de Annie Get Your Gun.

Antes de Gershwin encontramos muy pocos ejemplos de Óperas de compositores americanos sobre libretos de carácter, diríamos, no popular pero por lo menos, nacional. Se pueden recordar The Scarlet Letter (1894) de Walter Damrosch, basada en la homónima e ilustre novela de Hawthorne, o Natoma (1911) de Victor Herbert o tal vez Shanewis (1918) o A Witch of Salem (1926) de Charles Wakefield Cadman y otros pocos títulos más, ya olvidados. Ciertamente las situaciones aquí son americanas, pero el carácter general de la música tiende a la abierta imitación de los modelos europeos.

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