En 1902 se produce un hecho de singular importancia para De Falla- su encuentro con el promotor del renacimiento musical español. Felipe Pedrell que ya llevaba un año enseñando en el Conservatorio de Madrid y había representado su Ópera Los Puros en Barcelona Pedrell,de quien De Falla fue alumno particular de composición, lo orientó en el estudio de obras de Wagner, Brahms y Bruckner, de los rusos y de Debussy, estudio por el cual el joven músico adquirió decisiva experiencia para su formación cultural y espiritual. La influencia de Pedrell en la futura orientación del arte de De Falla, actuó de modo profundo y duradero aunque, en un primer momento, había prevalecido en él el interés por una Ópera nacional entendida en sentido más bien genérico, en lugar del estudio científicamente intensificado del melos iberico y de la tradición polifônica que era la más preciosa enseñanza que Pedrell podía brindarle. En efecto, De Falla, en parte a través de la cordial
amistad que lo ligaba a Federico Chueca, reputado compositor de Zara Suelas (es famosa entre ellas La Gran Vía de 1886), comenzó a cultivar preferentemente este género teatral popular. Compuso cinco obras entre las cuales Los amores de la Inés fue representada en el Teatro Cómico de Madrid el 12 de abril de 1902 con gran éxito de público pero de estas cinco Zarzuelas, Falla siguió prefiriendo La casa de Tócame Roque reelaborada en 1903 aunque nunca fue representada y cuya música utilizo para el segundo de sus famosos ballets El sombrero de tres veces de 1919.
