Que Mozart no experimentaba simpatía hacia los coristas se advierte en el ensañamiento que prodiga sobre los dos cornos de esa magistral sátira de la música aldeana que es su Musikalischer Spass (K.522). y cuando el músico se dedica a componer, entre 1782 y 1786 cuatro Conciertos para corno (y un Quinteto con arcos) destinados a un viejo conocido salzburgués, el cronista Ignaz Leutgeb, escribe en la portada del segundo Concierto K. 417:
Volfango Amedeo Mozart ha avuto pietà di quell’ asino, bue e pazzo di Leutgeb, Vienna, 27 marzo 1783″ (W.A. Mozart se compadeció de aquel asno, buey y loco Leutgeb, Viena 27 de marzo de 1783) En el Rondó del primer Concierto K. 412 figura una serie de comentarios escritos en italiano Adagio a lei, Signor asino – Ánimo – Presto – Coraggio – oh che stonatura – ormé – respira un poco! – avanti, avanti! – anche bravura? – bravo – ah, trillo di pecore – finisci? – grazie al cielo basta, basta!? (Despacio a usted, Señor asno – Ánimo – Rápido – Valor – oh, qué desentonado – ay de mí – respira un poco! – adelante, adelante – ¿también bravura? – bravo oh, balido de ovejas – terminas? ¡Gracias al cielo! (basta, basta!)
Pero Leutgeb toleraba las bromas del compositor con el fin de recibir Conciertos que en verdad son páginas improvisadas que no resisten la comparación con sus coetáneos y análogos trabajos para piano. Pero, aunque breves (el primero está formado por dos Allegri) estos cuatro Conciertos para corno se adaptan bien al carácter expresivo del instrumento que alterna amplias líneas melódicas con episodios de virtuosismo Las partes mejor logradas en el Segundo Concierto son el Andante donde se muestran los recursos de tipo cantabile del solista y el Rondó que es una especie de escena de caza; en el Tercero (K. 447), la Romanza central y el Allegro pleno de acentos dramáticos y en el Cuarto, siempre en mi bemol (K. 495), la brillante exterioridad del Allegro moderato y los acentos de fanfarria en el final Allegro base.


