La perseverante experimentación artesanal que constituye una de las características predominantes del espíritu renacentista ha llevado cierta confusión a los orígenes de este instrumento de doble lengüeta, reconocido como el bajo del oboe del mismo modo que el corno inglés es un contralto. La voz francesa basson transformada en la iglesia basson transformada en la inglesa sassoon y en la espaola bajón aclara la antigua distinción entre instrumentos altos y bajos y explica también desde un enfoque técnico que este instrumento no es más que el «bajo» del oboe, nombre derivado del francés hautbois o sea, madera (bois) alto (haut). Sin embargo el término fagot, usando también en idioma alemán (fagott) —sin referirnos a la características puramente musicales del instrumento— parece insistir más en el aspecto exterior, ya sea por su eventual construcción en madera de haya (del latin jagus) o por aquella bolsa que constituye el fuelle que poseía el instrumento en su origen. Y de aquí su derivación del antiguo caramillo —instrumento de dos tubos de los cuales uno era melódico y el otro para inflar un odre (como las gaitas)— parecería lógica aunque recientemente los estudiosos se hayan inclinado a excluir la derivación de photum hecho construir alrededor de 1525 por el canónigo ferrares Alfranio Teseo, perteneciente a la familia de los condes de Albonese, pues no era más que una cornamusa de doble tubo y no un tubo plegado como es en cambio el instrumento corriente. del mismo modo la derivación de la antigua bombarda ha sido negada por Sachs quien considera, en cambio, que el fagot deriva de un modelo distinto el cual a diferencia del sonido oscuro («de cabra» dice Disertori) que emitían las bombardas, posee una sonoridad fina y dulce como la de la «dulzaina» o sea el «dolce suono», instrumento que para Praetorius correspondía en efecto al fagot. En síntesis, como lo declara Tintori en su obra fundamental, referente a los instrumentos musicales, si todas las familias instrumentales eran muy complejas antes de la consolidación alcanzada en la época moderna resulta que el principio del fagot se entiende en el sentido de enrollar, plegar, doblar, según diversas longitudes, un tubo abierto o cerrado.
En su Prattica di musica, aparecida en Venecia en 1592, Zacconi se refiere ya al fagot y distingue un pequeño grupo que para Praetorius (en su Syntagma Muicum de 1614-1620) resulta una verdadera y auténtica familia compuesta de ocho tipos, del fagot soprano al contrafagot. y fue exactamente a causa de esta variedad de tipos que el fagot alcanzó muy pronto una función muy importante en la música de la época renacentista (recordemos a Tilman Susato) y sobre todo barroca, como lo demuestran las obras de Dario Castelli (1621), Biagio Marini (1626), Bartolomeo de Selma (1638) y Giovanni Valentini (1639). Además Schutz en sus Symphoniae sacrae de 1621 une ya tres fagot al bajo continuo para acompañar a un doble coro. Este instrumento, perfeccionado por Schnitzer de Núremberg a fines del siglo XVI y por el francés Mersenne a principios del siglo XVII, adquirió una personalidad cada vez más precisa. Su empleo como solista se remonta a 1645, a las composiciones de Antonio Bertoli «hechas para tocar con el Fagot solo, pero que pueden servir para otros instrumentos». También Lully en algunos de sus Divertimentos y Ballets compuestos alrededor de 1660, incluye el fagor en un trío de vientos con dos oboes: desde ese momento el instrumento se introduce definitivamente en la orquesta del repertorio operístico con Pomone de Cambert (1671) y poco antes con Il Pomo d’ oro de Cesti (1667).


