Y podemos agregar que la escritura orquestal (que solo prevé arcos dos oboes) figura casi como un acompañamiento a las intervenciones del órgano que directamente debería sonar como ripieno junto a la orquesta y no solamente como solista El Largo central, es de reducidas dimensiones en el callan los oboes y los arcos asumen un papel conductor, especialmente en el episodio central y en el conclusivo, después de la Cadencia del órgano el clima es ese absorto, de tantos Adagio del siglo XVIII pero no posee todavía, pese a su elegante suavidad, la profundidad reflexiva de las épocas maduras del propio Haydn y de Mozart. El tercer movimiento. Allegro molto está construido sobre un solo fragmento de carácter danzante, con algún matiz popular respecto del primer movimiento, se atiendan singularmente los pasajes brillantes para el solista y la conclusión, de ningún modo grandiosa, está confiada a la orquesta sola. Tal vez para este tercer tiempo mucho menos brillante que al primero sería posible suponer que Haydin al profesar Therese se haya sentido inclinado a renunciar a los más habituales finales fantásticos plenos de alegría de vivir sobre el segundo Concierto en da mayor (ob. XVII Nro. 8) quedan escasas noticias el autógrafo se ha perdido la copia existente habla atribuida a Leopold Hofmann, discreto compositor vienés de la segunda parte del siglo XVIII cuyo nombre está borrado y sustituido por el de Haydn Escrito probablemente antes de 1766, requiere una orquesta de arcos con trompetas (o cornos) y limbas los que evocan desde el principio el particular vigor marcial de algunas de sus Sinfonías
Al Allegro moderato de dimensiones reducidas con respecto al movimiento análogo del primer Conciertos que un Adagio en sol mavor en el que callan las trompetas y timbales pero sin perder aquel carácter luminoso y discursivo que caracteriza el primer tiempo. De este clima particularmente lesivo no se aparta el Finale (Allegro) que vuelve a la tonalidad básica, al comenzar con un tema construido sobre la triada mayor (tan frecuente en las obras de Vivaldi) y sobre la escala descendente de do. En torno del tercer Concierto en do mayor (Hob. XVIII N° 5) la incertidumbre ha sido hasta hace poco aun más grave el catálogo Hoboken lo daba por perdido y traía sólo los dos compases iniciales del primer movimiento Luego el estudioso Heussner identificó en la Westdeutsche Bibliothek de Marburgo una copia de esta obra y la publicó en una colección de música del siglo XVIII. El Concierto está escrito para dos violines y bajo lo que podría hacer suponer una ejecución privada como cuarteto con piano, sin embargo pese al conjunto reducido, se aproxima bastante al Concierto No 8 en lo 42.


