La “Rapsodia in blue” 2da Parte

Francisco Sguera

La “Rapsodia in blue” 2da Parte

Basta examinar la partitura de la Rapsodia en su más célebre y atrac tivo episodio para advertir el secreto parentesco de esta composición sinfónica con la canción sincopada nos referimos a la segunda parte Andantino moderato con el espléndido y amplio motivo de los arcos, los saxofones y las maderas al que responde el dibujo cromático de los cornos y el banjo Este episodio se enlaza estrechamente no por afinidades melódicas sino estilísticas y de estructura con la mejor canción de Gershwin, The Man I Love qué no al acaso, pertenece al mismo 1924. Es una melodía simple caracterizada por un dulce movimiento ascendente al que se opone una escala cromática* descendente según un esquema muy simple de polaridad expresiva; es simple pero precisamente por ello de una ardiente espontaneidad Y luego de la comprobación de una precisa afinidad estilística se puede también intentar una exposición más amplia partiendo de las palabras sobre las que se apoya la melodía The Man 7 Love y que Mario Pasi aclara muy bien es la esperanza de la felicidad, del hombre destacado que será indefectiblemente bello y fuerte y un día aparecerá en nuestro camino será el hombre con quien nos entenderemos a la primera mirada, al primer contacto (And in a little while he U took my hand.) con quien se podrá construir la existencia soñada en una pequeña casa que no se abandonará jamás. En esta espera fm waiting for the Man I love confluyen las exigencias de millones de hombres y mujeres de todo lugar y nunca, en el ámbito de la canción, tal exigencia fue interpretada con mayor riqueza de significados En el aliento más limitado pero felicisimo de la canción, en el tratamiento dilatado y a veces algo hábil de la página sinfónica, el mismo mundo se proyecta ante nosotros: Amé rica, no como nación o lugar geográfico, sino como ideal de vida, como concepción histórica, la misma de America, primer amor de Mario Sol dati, Americano de Vittorini, la de los filmes de Douglas Fairbanks, de Mary Pickford, de Chaplin. Justamente si pensamos en algún filme chaplin ian The kid (El pibe) de 1921, The Gold Rush (La fiebre del oro) de 1925, City Lights (Luces de la orden) de 1931 podremos comprender mejor la naturaleza de esta América gershwin ana y tam-bien que ciertos ribetes sentimentales (recordemos los temas musicales de Chaplin) se justifican en este mundo que quiere ser feliz aunque *las leyes no impidan al fuerte doblegar al débil según Woodrow Wilson. Al examinar brevemente la partitura de la Rapsodia de inmediato se advierte su estructura típicamente pianística el pianismo particular de

carácter improvisado del que Gorshwia era maestro. En efecto, la música fue escrita rápidamente para dos pianos y se confió la orquestación a Ferde Grote. que era entonces arreglador de la orquesta de Paul Whiteman para la que estaba destinada la Rapsodia: La parte del piano es preponderante con frecuentes episodios con carácter de Cadencia* en los que se divisa lo mejor de la fantasía gershwin ana, pero indudablemente quedan como episodios sueltos s que no acompañan a aquellos amplios desarrollos necesarios en una composición sinfónica a lavor de la página queda la fresca inventiva temática de la primera

parte que es prácticamente la exposición de una serie de cuatro de cuatro temas que se presentan tan hábilmente superpuestos. La segunda parte —más unitaria— comienza con el Andantino moderato, sobre todo felizmente orquestado lucro prosigue en una especie de stretto final en el que aparecen y luego prosigue otros temas precedentes en un discurso pleno de brillantes hallazgos rítmicos. 

Deja una respuesta