
En 1901 el Granados, sabio administrador de sí mismo, se escinde del poeta Granados. El primero hace prosperar la Academia que lleva su nombre vence en 1904 en el concurso abierto para un Allegro de concierto por el Conservatorio de Madrid (a Granados le sigue Manuel de Falla), escribe breves composiciones para niños, organiza conciertos en Barcelona entrando en relación con los más notables concertistas internacionales y en 1905 se presenta como pianista en la Salle Pleyel de París alcanzando rotundo éxito en obras propias y de Chopin y con siete Sonatas de Domenico Scarlatti.
Junto al Granados hábil profesional que había logrado lo que se había propuesto, existía el Granados poeta, el que se había descubierto como postrer ciudadano del Romanticismo A este Granados pertenecen tres Óperas con libreto de Apeles Mestres Picarol en un acto, historia del amor de un bufón por la hua del conde, su amo, representada en el Teatro Liceo de Barcelona el 23 de febrero de 1901 Follet en tres actos, historia de un bardo errante enamorado de una dama noble, conocido en el Teatro Liceo de Barcelona el 4 de abril de 1903 en versión de concierto; Gaziel en un acto, extravagante relato de un Fausto de quien el diablo se niega finalmente a adoptar el alma, representado en el Teatro Principal de Barcelona el 27 de octubre de 1906 Estas tres Óperas y la cuarta, Liliana de 1911 no alcanzaron éxito y ya no se presentaron después de la muerte del autor Nos interesa, sin embargo destacar que Granados no participaba de aquel movimiento en favor de la Ópera nacional española ni en Barcelona, por la de la Ópera catalana. El programa lanzado por Felipe Pedrell en 1891 con su manifiesto Por nuestra música seguido por Breton, Morera, Chapi, Serrano y los mismos Albéniz y Granados, alcanzaba en 1905 con la Vida breve de Manuel de Falla una afirmación de indudable valor histórico Granados, despuês de Maria del Carmen en 1898 y luego de la catalana Blancafort en 1899, eligió, en cambio, temas románticos no nacionales, alejándose de una batalla cultural que aunque iniciada más tarde con respecto a otros países europeos, sin embargo en aquel momento envolvía a la cultura española.
El poeta romántico Granados, escribió, además de las Óperas, dos series de piezas para piano, la primera compuesta entre 1904 y 1907, la segunda de fecha imprecisa. La primera serie comprende dos partes tres piezas con el título de Escenas poéticas, tres bajo el nombre de Libro de horas la segunda reúne cuatro piezas denominadas Escenas poéticas
Libro de horas, Segunda serie Se trata de breves páginas del sitio cultad técnica limitada y en estilo pianístico tradicional (sólo en Al suplicio Granados demuestra haber notado el estilo de la escritura de Debussy pero la utiliza de manera muy simplificada, casi didáctica). Parece, indudablemente, destinado a aficionados pero el compromiso conceptual no falta y los diez pequeños cuadros son densos de contenido y a menudo de inspiración trágica. El último Sueños del poeta dice en su epígrafe: En el jardín de los cipreses y las tasas sentado en un pedestal de mármol blanco aguardando su hora, se adormeció el poeta. Junto a él, arrugando la frente vela su masa el tema principal, casi un coral armonizado, muy schumanniano, es atravesado e interrumpido por dos sombríos episodios amenazantes La Canción de Margarita condensa en dos pequeñas páginas un perfecto retrato psicológico de la Margarita de Fausto, Recuerdo de los países lejanos es un momento de ansiosa nostal. gia que termina no sobre el acorde fundamental smo sobre la domi nante, Eva y Waller, evidentemente imspirado en los Maestros cantores de Nuremberg de Wagner es un tierno recuerdo de teatro tanabién muy schumannianos El muremo (La muerte del ruiseñor) y Al suplicio son, como Sueños del poeta, momentos de un tétrico bumor negro, de un
asombroso tedium vitae


