Se atribuye la invención del órgano a Ctesibio (siglo II a.C.) hijo de un barbero alejandrino. La noticia proviene de Herón y Vitruvio.
El órgano es un instrumento aerófono de teclado Su estructura fundamental consiste en un fuelle originariamente accionado a mano después con mano, un motor mecánico que impulsaba aire comprimido a una serie de tubos con o sin lengueta Al bajar la tecla se abre una válvula que permite la entrada del aire en el tubo correspondiente al sonido deseado. Hay tubos que emiten un sonido igual, pero de timbre diferente. El registro permitirá elegir el timbre deseado.
Sobre estos principios gira toda la historia del órgano, desde los primeros instrumentos hidráulicos a los modernos de complejos sistemas de registración y gran número de tubos.
El órgano hidráulico se valía de un receptáculo de agua para mantener constante la presión del aire, función que hoy con otros medios realiza el sommier (depósito de aire). En síntesis,
Ctesibia quien fuere, había enunciado definitivamente el principio fundamental del órgano; considerado también como la consecuencia de la aplicación de un teclado a una siringa (flauta de varios tubos de diferentes largos). El órgano de origen alejandrino está presente. en el Imperio Romano de Oriente (aparece en la base bizantina del obelisco egipcio de Constantinopla) en todo el mundo romano (del que la Iglesia lo heredó) donde fue extraordi
nalmente perfeccionado en sus registros como prueba el instrumento hallado 1931 en
Acquincum (Hungria) que procede del 228 A.C Hallazgo realmente sorprendente por cuanto nos muestra un instrumento técnicamente mucho más avanzado que los modelos medievales.
Sin embargo en Occidente el órgano no alcanzó en esa época particular difusión, enten efecto, el primer órgano construcción occidental se remonta 826, creado en Aquisgrán por el veneciano Georgius que se inspiró en modelos griegos
Estos órganos tenían teclados cortos que dice que alcanzaba la extensión de una octava. El teclado era muy rígido y para accionarlo no era raro que se usarán los puños y los codos, pero luego fue surgiendo una industria 13 organera que progresivamente modificó este rudimentario mecanismo se empleaban dos tipos de órganos el órgano portativo o portátil y el órgano positivo. El portativo ya conocido en el siglo XII y muy usado en el siglo XV, era un pequeño órgano que se podía transportar fácilmente. Aparece en manos de Landino en la efigie de su piedra sepulcral. Una mano actuaba sobre el pequeño teclado; la otra, accionaba un fuelle también pequeño habitualmente colocado en la parte posterior del instrumento. Quedó fuera de uso en el siglo XVI.
El órgano positivo es el que tiene una posición fija y sobre él se desarrolló toda la industria organera de iglesia. En este caso los fuelles eran accionados por ayudantes del ejecutante que movían palancas a mano o con los pies. En este último caso los ayudantes se llamaban “pisadores”.
El teclado, que en el órgano recibe el nombre de manual, fue originariamente simple, después aparecieron órganos de dos, tres, cuatro, hasta seis teclados. Cada manual estaba ligado a un órgano; entonces se reunían varios instrumentos en uno solo con la posibilidad de registros de acoplamiento. El órgano posee además un teclado hecho con listones de madera accionados con los pies (pedalera).
Los tubos que ostentan la fachada de un órgano son en general decorativos y cubren la gran caja que contiene gran cantidad de tubos auténticos. La organería española también coloca en la fachada tubos horizontales, como trompetas dispuestas a sonar en dirección a los fieles. Los tubos de un órgano, además de ser muchos, son de todas dimensiones porque cada tecla está ligada a tantos tubos como registros hay, al multiplicar el número de registros por el número de teclas nos damos cuenta de la magnitud del resultado (en los grandes órganos se eleva a más de un millar).
Un gran tubo de madera cuadrangular, llamado conducto principal, impulsa el aire de los fuelles del sommier que es una caja situada sobre el receptáculo del aire y cuyo objeto es mantener constante la presión. El sommier posee agujeros en los que están colocados los tubos cuyo agujero de base está cerrado por una válvula. Los tubos están construidos con una aleación de estaño y plomo (pero se usan para las grandes dimensiones también tubos de madera cuadrados) y se distinguen en tubos abiertos o labiales en tubos con Tengueta. Un tubo consta de tres partes: pie, boca y cuerpo. El alma —lámina de madera o de del metal— está situada en el extremo superior del pie la parte inferior cónica se inserta en el sommier)
Al restringir el diámetro del tubo, la válvula impulsa el aire a salir a través de una abertura (la boca) situada en la pared del tubo mismo y el aire al chocar contra un bisel cortado en la parte superior de la boca pone en vibración la columna de aire contenida en el resto del tubo (el cuerpo). En el tubo de lengüeta la columna de aire es excitada por una laminilla metálica elástica.
Los registros, que enriquecen el colorido sonoro del órgano, tienen muchísimos nombres que no podemos enumerar, pero que se dividen en las siguientes categorías: Registros de fondo: son los primeros registros del órgano que se conocen y constituyen su sonido fundamental. Los principales son de 161, 81 1°, 2° (se lee 16,8 4,2 pies, en el órgano las medidas de los tubos se dan en pies).
Registros de mutación son registros que enriquecen de sonidos armónicos el sonido fundamental por lo tanto no dan el sonido correspondiente a la tecla sino un sonido armónico/mutaciones simples) o armónicos (mutaciones compuestas) Estos registros se usan en conjunto con los registros de fondo.
Los registros de lengüetas están ligados a tubos con lengüeta.
Sobre estas bases los organeros han ideado los registros más dispares: de la flauta a la voz angélica, a la musette*, a la trompeta, a los bordones, al corno, etcétera. En el siglo XIX se agregaron también mecanismos de discutible gusto para accionar platillos y bombo.
Un particular elegido del órgano es el ribereño dispositivo que provoca la intervención de una serie de registros y efectúa el refuerzo de las dos consonancias perfectas de quinta y de octava mediante los sonidos armónicos producidos por cada sonido fundamental. El ripieno se vale, pues, de una serie de tubos llamada hilera que produce cada una un sonido armónico. El organero regula el conjunto para amalgamar perfectamente las vulas con tracción mecánica o por acción neumática. Hoy los comandos son eléctricos y excitan electroimanes. Además es posible cambiar el registro durante la ejecución sin detenerse, preparando de antemano las combinaciones que se insertan automáticamente por la simple acción de un pulsador.
Para el colorido expresivo se actúa sobre dos pedales colocados encima y en mitad de la pedalera. El de izquierda actúa sobre celosías que se abren y se cierran como portezuelas delante de la caja que contiene los tubos regulando la intensidad de la salida del sonido.
El de la derecha en cambio hace girar un cilindro que introduce uno después de otro todos los registros.
El arte de la organera es antiguo y reúne técnica constructiva y refinada artesanía.
Los organeros pertenecen frecuentemente a dinastías más familiares que actuaron durante largo tiempo transmitiendo dos secretos del oficio. Entre los más importantes recordaremos a los extraordinarios Antegnati de Brescia, activos desde las primeras décadas del cielo.
a las primeras del siglo XVII.
Francia ostenta importantes nombres en el siglo XVII con los Lefebvre y los Cliquet, el de Francois Bedos de Celle en el siglo XVIII, el celebrado GavailleGoll en el siglo XIX y las actuales firmas cheron, Jacquaty Kern.
Hendrilo Nieholi es considerado como jefe de la organería alemana, (siglo XVI) de Braganza; siguen Los hamburgueses Scherer(1535-1630) creadores de las típicas torres sobre las fachadas de los órganos alemanes. En el siglo XVII siempre en Alemania se recuerdan a Johann Georg Freundt familia de los Companias y a los 184508 Schnitger que actuaron también en cl siglo XVIII Una gran familia alemana fue la de los Silbermann, activa entre 1702 y 1817 Entre los otros constructores soleranes recordaremos a Georg Joseph
Vogler del siglo XIX que dotó la caja expresiva de efectos para el crescendo y el ar minuendo (órgano romántico) y en nuestro siglo, la familia Steinmeyer de Origen y F. W.
Sonrec de Colonia.
Otras importantes escuelas florecieron en Inglaterra, España y América.


