El corno es un instrumento de viento (aerófono) de metal con boquilla y tubo cónico, terminado en una amplia campana o pabellón.
En un principio fue un instrumento rudimentario para dar señales, realizado con un cuerno de animal. En la Edad Media, los bizantinos introdujeron (siglo X) el cuerno de marfil heredado de la cultura africana, el olifante, a menudo ricamente tallado y adornado con metales preciosos.
En uso hasta el siglo XI, el olifante servía también como recipiente para las solemnes libaciones o como relicario. Durante el Alto Medioevo existía en la lengua alemana la palabra Ehrhorn que indicaba un cuerno de metal de notables dimensiones con orificios para los dedos, que se distinguía del Hifthorn, el más pequeño de los cornos de caza.
Virdung y Agrícola citan el Gemshorn (cuerno de gamuza), nombre que muy probablemente no se refiere al material usado (que no se conoce) sino a la forma muy curva del instrumento. Tenía la particularidad de estar cerrado en la parte más ancha y poseer una fisura en la pared (con cuatro agujeros para los dedos) para la salida del aire.
El corno moderno deriva del corno «da caccia» de metal, cuyo tubo en los primeros ejemplares era en parte cilíndrico y en parte cónico, por su largo siempre enrollado en círculo con el fin facilitar su manejo. Los organólogos franceses de la segunda mitad del siglo XIX lo definieron como Trompe de chasse basándose en la Jager Trumpet citada por Praetorius. El corno prácticamente se define en la estructura que hoy conocemos, hacia 1680. Se difundió muy lentamente con respecto a los otros metales debido a las notables dificultades que se presentaban para obtener un buen sonido y una afinación segura. El tubo cónico y la curvatura, el pabellón y la insuflación por la boquilla eran elementos difíciles de regular entre sí para alcanzar una correcta emisión de sonido, sobre todo antes de la invención de los pistones y cuando el corno era un instrumento de emisión natural.
En la Edad Media el corno era un instrumento del que se obtenían muy pocos sonidos y es posible que sólo en 1681 se haya conocido un instrumento que además de las señales de caza o de torre podía emplearse en ciertas ejecuciones musicales. La paternidad de este corno, el Waldhorn, se atribuye a FA von Sporck o Spörcken, citado en el Universal Lexikon de Zedler publicado en 1744; lo cierto es que se prefería para el instrumento la afinación en fa como en el corno moderno. El corno da caccia entró definitivamente en la orquesta
durante la segunda mitad del siglo XVIII, aunque Lully, Bach y Haendel habían sido de los primeros en intuir las posibilidades del instrumento pero se habían limitado a asignar participaciones muy simples.
Joseph Hampel, de Dresde, inauguró la técnica de la mano derecha insertada en el pabellón con el fin de corregir la afinación y variar el timbre. El propio Hampel (mediados del siglo XVIII) colaboró con J. Werner, constructor de instrumentos para la corte de Dresde,
en abricación del Inventions Horn que constituye un notable avance en la evolución del corno el corno natural podía actuar sólo en la tonalidad en la que había sido construido, el Invento Shorn estaba dotado en cambio de secciones de recambio (segmentos de tubo en U) adicionales que se podían insertar en el tubo modificando su longitud y por lo tanto la tonalidad básica. Su gradual inclusión corregía asimismo la afinación. Naturalmente era necesario cambiar las secciones o tubos adicionales cada vez que cambiaba la tonalidad
del trozo. El sistema fue llevado a la trompeta por Michael Woggel de Rastadt (Inventions-trompete)
Se iniciaban así todos aquellos intentos de perfeccionamiento que tuvieron solución definitiva con la aplicación del pistón, inventado para la trompeta por Friedrich Blühmel, natural de Silesia, alrededor de 1813, construido tres años más tarde por el berlinés Henrich Stolzel y registrado el 12 de abril de 1818. El pistón accionado por la llamada «máquina (un delicadisimo y muy perfeccionado dispositivo), alarga la columna de aire
contenida en el tubo.
Antes de este definitivo perfeccionamiento se había pensado en las llaves y en la coulisse como en el trombón, pero hacia 1850 se optó por la solución de los pistones en número de tres. Con la Novena Sinfonía de Beethoven penetra en la orquesta el cuarteto de cornos. Antes de tales soluciones, entre los intentos más interesantes se cita el coronionismo de Sax, padre, realizado en 1824. Era todavía una variante del Inventions Horn con ocho tubos de recambio accionados automáticamente por un pistón que rotaba en un tubo graduado. Esta solución satisfactoria fue perfeccionada por la firma Meifren & Deshays de París, en 1834.
En 1889 el parisiense Chaussier construyó un cor omnitonique de cuatro piezas de recambio, cada una de ellas con su pistón.
Las varias tonalidades en que fue construido el corno se redujeron pronto a dos (fa y si bemol) una sola (fa) hasta el corno doble en fa y en 52 bemol, hoy adoptado por la orquesta, que puede rápidamente cambiar la tonalidad básica. Lo propuso por primera vez en 1899 Eduard Kruspe de Erfurt y fue perfeccionado en 1906 por los hermanos Alexandre, de Maguncia.


