Muerto Berlioz, la guerra de 1870 habia retrasado un gran proyecto que el músico habia concebido durante años el de difundir las composi ciones orquestales de la joven escuela francesa por medio de conciertos. Romain Bussine alentaba permanentemente a su amigo Saint-Saens y participaban de sus inquietudes los diferentes músicos que se reúnen en la casa de Saint-Saens, entre ellos Cesar Franck, Massenet, Faure, Dupare y Dubois. El 25 de febrero de 1871, fundada finalmente la Sociête Nationale de Musique, adoptó el lema «Ars Gallica». Su primera comisión estuvo constituida de la siguiente manera Bussine, presidente; Saint-Saens, vicepresidente; Alexis de Castillon, secretario, Franck, Fauré, Massenet y Lalo, vocales. El primer concierto se realizó el 17 de noviembre en la Salle Pleyel y la actividad de la Société Nationale se prolongó intensamente durante cierto tiempo, aun en medio de las vicisitudes que llevaron en 1886 a Saint Saens a renunciar; lo reemplazó Franck y luego su discípulo Vincent d’Indy con el cual la iniciativa evolucionó en el sentido de conducir a los disconformes Fauré y Ravel a fundar la Sociedad Musical Independiente a principios del siglo XX.
Es el momento en que se inicia el mejor periodo de la producción de Saint-Saens que halla sus expresiones más personales en el Cuarteto con piano, en la Sonata y el Concierto para violoncelo, en la primera serie de Estudios pianísticos, en el Cuarto Concierto en do menor para piano y orquesta así como en la creación del primer Poema sinfónico Le rouet d’Omphale (1871) al que siguieron otros tres. Phaeton. la conocidísima Danza macabra (1874) y La jeunesse d Hercule (1877) EI Poema sinfónico era entonces un género considerado inferior, como toda la música programática, pero Saint-Saens logró incluir en su órbita también a su más digno colega y colaborador, Cesar Franck quien, en efecto, inició con Rédemption (1873) una serie de Poemas sinfônicos que culminaría quince años después con Psyché.
En los años siguientes Saint-Saens intensifica sus giras por el extranjero trasladándose a Rusia (diciembre de 1875 – enero de 1876) donde frecuenta a Rubinstein y se reúne con Tchaikovsky; después viaja a Austria donde se presenta en los Gesellschaft Konzerte de Viena y dirige un programa integrado por composiciones propias (30 de marzo de1876); finalmente, en julio del mismo año, se dirige a Inglaterra.
En 1877 abandona el cargo de organista de la Madeleine (fue sustituido por Dubois y Fauré) con el fin de gozar de mayor libertad para entregarse a la composición y viajar (es el primer músico francés que representa eficazmente en el exterior a su propia música y a la de su país); inicia además la revisión de obras de Gluck, Rameau y Charpentier, volviendo igualmente a desarrollar su actividad de crítico musical en varios periódicos parisienses. A su vez Liszt transcribió para piano la Danza macabra y propicia la primera representación de la Ópera Sansón y Dalila (2 de diciembre de 1877) en Weimar, Opera dirigida después en Hamburgo por Bülow (1882) quien consideró a Saint-Saens el único músico contemporáneo capaz de extraer saludables enseñanzas de Wagner sin perjuicio de su propia personalidad. Compuso un Réquiem debido a la muerte casi simultánea (1878) de sus dos pequeños hijos y vuelve al teatro con Etienne Marcel y Enrique VIII, mientras tanto aparecían otros dos Conciertos para violín y la célebre Sonata en re menor para violín y piano (1885) que sirvió de modelo a Proust cuando describió en su Recherche la Sonata de Vinteuil (como lo ha aclarado recientemente Magnani), el brillante Septimino con trompeta y la Suite Algerienne para orquesta donde introduce por primera vez aquel característico tinte exótico presente también en la conocida Havana Tse para violín, en la Fantasía África y en el Quinto Concierto, Egipcio 72 para piano y orquesta. Pero Saint-Saens utilizó también el folklore trances (camino seguido después por d’Indy) como lo demuestran las tres Rapsodias bretonas y sobre todo la Rapsodia de Auvernia para piano y orquesta
En el mismo año, 1886, nacen dos obras maestras diversas, opuestas entre sí pero representativas de su concepción musical: la grandiosa Tercera Sinfonía para orquesta y órgano y el Divertimento para dos pianos y pequeña orquesta titulado El carnaval de los animales que contiene el célebre Cisne (resabio de la tradición del ballet) y que con su elegante y variado uso de timbres instrumentales (produce por primera vez la celesta) anticipa sonoridades impresionistas.


